La mancha roja en el lago que nadie quiso explicar
En el Caribe guatemalteco se encuentra la empresa de explotación de minerales más vieja del país. La extracción de níquel comenzó a finales de los años 50 del siglo pasado, casualmente con la llegada de la contrarrevolución Estadounidense en contra del gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en 1954, que buscaba nacionalizar las tierras y devolverlas a sus dueños originarios. En El Estor, Izabal, estas tierras estaban en manos de norteamericanos, luego fueron entregadas a terratenientes locales y luego a canadienses y así la actividad minera fue ocupando territorio.
Por Nelton Rivera #GreenBlood
Durante 60 años las comunidades maya q’eqchi´ de este municipio se vieron afectadas por las acciones de la minera. Al inicio fue Exmibal, luego la Compañía Guatemalteca de Níquel -CGN- y ahora La Compañía Procesadora de Níquel de Izabal, S.A, -Pronico-, y ahora es propiedad de la empresa transnacional ruso suiza Solway Investment Group dirigida por rusos.
De las actividades de la minera se sabe poco. La forma en que operan está protegida por un halo de opacidad, se sabe muy poco sobre las licencias, cantidad de minerales que extraen y que exportan, así como las ganancias que generan. Buscar información pública es una tarea casi imposible. La oscuridad les es más útil para operar.
El aparecimiento de una gigantesca mancha roja sobre el lago de Izabal, puso en la opinión pública nacional e internacional la actividad de la empresa Solway. Las denuncias y movilizaciones de la Gremial de Pescadores Artesanales y el sector turismo, así como la cobertura realizada por dos periodistas, rompieron con el silencio y la tranquilidad de la transnacional.
Ninguna autoridad quiso investigar la contaminación del lago. Fue a partir de la preocupación y presión de los pescadores que se desencadenaron una serie de terribles hechos que golpearon a su organización y a las familias q’eqch´i. Implicó la intención de censurar a la prensa, encarcelaron al periodista Jerson Antonio Xitumul y tienen con un proceso penal abierto en contra de Carlos Ernesto Choc.
Lo mismo ocurrió con los directivos del gremio de pescadores, con represión quisieron detener la protesta social que ejercían bajo el amparo de sus derechos. Como muestra de esto ocurrió el asesinato del pescador Carlos Maaz, durante una de las manifestaciones.
Cantera del proyecto minero Fénix de la empresa ruso suiza Solway Investment Group, operada por la empresa rusa CGN — Pronico en El Estor Izabal. Fotografía Forbidden Stories.
La veda y el surgimiento de la Gremial de Pescadores Artesanales
La crisis de los pescadores artesanales comenzó con el anuncio de veda de pesca en enero de 2017. Cada año el gobierno regula la pesca para que las especies del lago puedan reproducirse y equilibrar su ambiente; normalmente dura un mes, pero esta vez les anunciaron que sería de tres meses. Esto les preocupó mucho, porque es su forma de subsistencia. Fue a partir de este hecho que varias asociaciones se unieron para dar vida a la Gremial de Pescadores Artesanales (GPA).
Dos meses después el gremio pesquero y la gente quedaron consternados por la aparición de una mancha roja sobre el lago, que se extendió desde las aguas que expulsa la Planta de Níquel en dirección hacia el pueblo, recorrió toda la orilla chocando con la playa y las construcciones de los lancheros y pescadores, esta preocupación seria compartida por el gremio de turismo.
Además con el inicio de la extracción en las montañas y el procesamiento de minerales en la planta comenzó a registrarse un aumento de enfermedades respiratorias. El Doctor Cotí, director del centro de atención público de El Estor expresó su preocupación ante las autoridades municipales y pidió que la empresa permitiera una inspección dentro de la empresa y no se le permitió. “se pueden desarrollar por alérgenos, por ejemplo partículas minuciosas que están en el ambiente… y se puede desencadenar un proceso respiratorio complicado a nivel médico, por alergias que causan problemas bronquiales, bronquitis, un asma bronquial, e incluso puede causar en determinado momento también, problemas respiratorios que lo llevan a una neumonía.
Ante esta situación la GPA demostró organización y poder de convocatoria. El alcalde Rony Méndez empezó a ver con recelo las acciones de la Gremial de Pescadores. Según indican ellos en sus testimonios, les ponían obstáculos para evitar que se investigara la contaminación y no se abordaban sus demandas en las reuniones del Consejo Comunitario de Desarrollo (COMUDE). En menos de un mes el alcalde les declaró la guerra, les acusó de ser delincuentes que deberían estar tras las rejas y pidió su expulsión del Consejo Municipal.
La contaminación del lago desencadenó una serie de sucesos que evidenciaron que el alcalde municipal Rony Méndez protegía las acciones de la mina. La veda continuó en esos meses y la presión económica sobre la Gremial de Pescadores era fuerte al punto que solicitaron al gobierno apoyo alimenticio. La negativa del gobierno y municipalidad para resolver el problema, la falta de voluntad de política de Sydney Samuels, Ministro de Medio Ambiente, sumada la presión que la compañía hizo a través del Ministerio Público (MP) y del juez Edgar Arteaga, cerraron cualquier espacio de diálogo. Sus llamados de auxilio hacia el Estado, para que este cumpliera con su papel fueron ignorados.
Pescadores en el Lago de Izabal frente a la planta procesadora de níquel de la empresa ruso suiza Solway en El Estor Izabal. Fotografía Nelton Rivera.
La mancha roja en el lago y el inicio de la crisis
Para Cristóbal Pop presidente de la GPA, la mancha roja más oscura y espesa provenía de las instalaciones de la compañía de níquel y no se mezclaba ni se diluía con el agua de lago. Según los pescadores la fuerza de la corriente del río Polochic la empujó desde la planta hacia el pueblo, luego hacia la finca El Paraíso, a varios kilómetros de El Estor, hasta desembocar en el río Dulce.
La preocupación de los pescadores fue mayor. No había iniciado el periodo extenso de veda y ahora sospechaban que el agua podría estar siendo contaminada. El 1 de abril la espesa mancha llegó a la orilla del pueblo en la parte donde se está ubicado el complejo turístico del lugar. La alarma entonces fue generalizada.
Medios de comunicación local, los periodistas Carlos Choc y Jerson Xitumul, corresponsales de Prensa Comunitaria, difundieron las imágenes del lago contaminado. Los medios de comunicación corporativos trasmitieron las imágenes, las redes sociales se encargaron de multiplicar la escena del lago teñido de rojo, y la noticia acabó alcanzando la atención internacional.
A inicios de abril la comisión municipal de medio ambiente [1], presidida por Antonio García del COMUDE, se comprometió a investigar la mancha roja y la contaminación. Dijeron que habían hecho un recorrido en la zona norte del lago para observarla y que habían enviado muestras a los laboratorios de la Autoridad para el manejo sustentable de la Cuenca Hidrográfica del Lago de Izabal y Río Dulce (AMARSURLI) y a tres laboratorios más. Nunca entregaron los resultados. Los únicos que recogieron una muestra del agua del lago, justo en la orilla del viejo muelle municipal, fueron los trabajadores de la organización Defensores de la naturaleza, que luego fue enviada a un laboratorio en la ciudad capital y Amatitlán.
Seis días después, en la reunión del COMUDE se comprometieron a entregar los resultados a la población, lo cual nunca ocurrió. Los pescadores estaban en la reunión e insistieron en investigar el origen de la mancha, además de reclamar el cierre de la empresa minera. Los pescadores habían logrado desde marzo ubicar el origen del derrame. Para ellos era evidente que el agua que utilizaba la empresa minera en el proceso de producción del níquel era lanzada al lago. Finalmente la mancha desapareció, empujada por la corriente que desemboca en el mar Caribe o asentada en el fondo del lago.
Para los pescadores la ecuación era sencilla: planta de níquel + rusos + extracción + el agua de los ríos o lagos teñidos de rojo = contaminación. Ésto no ocurrió solo en El Estor, según el medio inglés The Guardian, un caso parecido ocurrió en 2016 en Rusia, en la ciudad ártica, de Norilsk, (Krasnoyarsk, Siberia, Rusia), el río Daldykan se tiño de rojo. En este lugar opera el mayor productor de níquel del mundo, la empresa Norilsk Nickel, por lo que el gobierno ruso abrió una investigación por la posible contaminación a través de un derrame directo al río.
Norilsk Nickel says heavy rain caused flooding that polluted the river. Photograph: AFP/Getty Images.
En mayo del 2019, dos años después de lo ocurrido en El Estor, los vecinos de Los Amates Izabal denunciaron que el río Trincheras se había teñido de rojo, con un derrame exactamente igual que el ocurrido en el lago de Izabal. Solway tiene una segunda mina de níquel en este lugar, el proyecto Niquegua Montufar II. En el mes de mayo del 2019 con el inicio de las lluvias los deshechos fueron vertidos al río, según las autoridades comunitarios de las aldeas circunvecinas.
Solway y el ecocidio producto de la extracción de níquel
[1] Conformada por un representante del Ministerio de Ambiente y formada por Dirección gestión ambiental y recursos naturales, la autoridad para el manejo sustentable de la cuenca del lago de Izabal y río Dulce, la Fundación Defensores de la Naturaleza, Ministerio de Salud y Dirección de normatividad de la pesca y acuicultura.
El humo rojo de todas las noches y madrugadas
Para el doctor Cotí el aumento de los casos de tuberculosis en El Estor fueron motivo de alarma, insistió en las reuniones del COMUDE, y pidió que las autoridades estatales intervinieran para hacer una inspección en la mina. Él las vincula con la contaminación del aire que se produce con el procesamiento del níquel. También dijo que era necesario que a las reuniones municipales se hiciera presente el gerente ruso de Solway / Pronico, pero esto tampoco ocurrió. También preguntó si hay control de góndolas y si efectúan los pagos[1], además de que se transparentara el pago de regalías.
Durante las noches y madrugadas las calderas de la planta procesadora expulsan grandes cantidades de un humo rojo que se extiende hacia donde sople el viento. En la comunidad El Paraíso se pudo constatar que los techos de lámina estaban cubiertos del polvo rojo, la gente cuenta que se erosionan y destruyen con mucha rapidez. En esta comunidad muchos niños y mujeres presentan ronchas en la piel, conjuntivitis y granos. Pudimos constatar que al meterse a los riachuelos que sirven de consumo humano y animal en esta comunidad, se salía con los pies pintados de rojo.
Uno de los trabajadores de la minera con más de 10 años de trabajar en esta planta comentaba “en las noches la empresa quita los filtros de las chimeneas. Cuando están procesando el níquel, lo hacen pensando que la gente lo ve y con seguridad nadie dirá nada por eso. Las autoridades de ambiente hacen caso omiso, llegan solo de día. En el área de carbón, son deshechos procesados, esto se va al aire y la gente está todo el tiempo inhalando, se expulsa grafito de carbón, quitan los filtros para no gastar, para no perder recursos y tiempo. Quitando los filtros no les importa que la gente este durmiendo y respirando el humo, eso es ilegal. Energía y Minas y Medio Ambiente no controlan como esta gente está trabajando, los desechos tóxicos se desbordan cuando llueve y van a caer al lago, no es cierto que los depositen en piletas de tratamiento”.
Un problema similar viven los habitantes de Numea, en Nueva Caledonia, un archipiélago ubicado en Oceanía. Donde hace 109 años se construyó la fábrica de la Société Le Nickel (SLN): todos los días durante un largo periodo de años una nube rojiza ha cubierto buena parte de este lugar. Los niveles de contaminación del aire son altísimos impactando en la salud de los habitantes. El diario francés Le Monde hizo un reportaje en 2013 de este caso: Níquel: la central eléctrica de carbón aún nubla la huella de carbono de Nueva Caledonia.
Un secreto a voces que nadie quiere revelar es que en la compañía, no hay condiciones mínimas de seguridad para los trabajadores, menos aún seguridad ambiental o industrial. En 2016, una fuerte explosión sacudió de madrugada a la población local, la caldera número 3 de la planta explotó. La empresa se encargó de mantener en silencio la muerte de siete personas, seis guatemaltecas y un ruso.
El mismo trabajador cuenta que “la caldera dos, la hicieron con piezas de muchas partes, esta caldera es brasileña, muchos de los trabajadores les advirtieron a los rusos que era peligroso que continuara trabajando esa caldera, pero no quisieron hacerles caso. A ellos solo les interesa generar, generar y generar, no les importa la vida de ninguno. La seguridad en esta empresa no existe, hay muchos accidentes que nadie en el pueblo se imagina que ocurrieron y que siguen ocurriendo. Se le informó a Sergey Rodiouk, de nacionalidad rusa, que debían de parar la caldera 3, se registró una fuga en la parte que le llamamos Ash Cooler en la caldera, también tenía otra fuga en el visor del domo. Todo el mundo podía ver una llama de fuego grande en la fuga hacia la otra caldera, y en al Ash Cooler estaba la otra fuga, era como ver salir lava de volcán, la respuesta del gerente fue: “normal trabaja”. La alarma corrió a las 3 de la madrugada. Imaginen que la caldera 2 las construyeron con piezas de todos lados, como si hicieran injertos, es como si usted construya un carro pero para ahorrarse costos ensamble el motor de un Mazda con piezas de Subaru, de Toyota, ojalá no ocurra otra tragedia.”[2]
Casi nadie quiere hablar de esto, parece que hay un pacto de silencio, y es que los trabajadores tienen que firmar un acuerdo de confidencialidad sobre toda la actividad de la mina.
La mina debe detener sus operaciones
Frente al silencio, la primera semana de mayo los pescadores y la población iniciaron con las medidas de presión La interlocución con los delegados del gobierno y la municipalidad en lo local se habían agotado y su objetivo era provocar un diálogo con las autoridades al más alto nivel, discutir el tema de la contaminación del agua, el aire y su relación con la extracción de níquel. Al no tener ninguna respuesta, decidieron organizar medidas de hecho, las comunidades también se sumaron e iniciaron con el cierre de la ruta de El Estor hacia Alta Verapaz frente a la planta procesadora de la empresa ruso suiza Solway.
La manifestación pacífica cerró el paso de las góndolas, que transportan la tierra extraída desde otro proyecto en Los Amates, Izabal. Este proyecto no debería operar, pues en el 2016 la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ordenó que se suspendiera su licencia por incumplimiento del Estudio de Impacto Ambiental (EIA). Pero estos tres años el proyecto ha estado todo el tiempo activo.
Con el paso cerrado, la minera no pudo sacar las góndolas que transportan cientos de costales en donde depositan el ferroníquel que envían al puerto de Santo Tomás de Castilla, ubicado a un costado de Puerto Barrios, en el mar Caribe. El mineral que no logran procesar lo envian en bruto, es decir la tierra de las montañas que envían para Ucrania para ser procesado en una planta ubicada ahí. Esto es transportado vía marítima a Europa y China para finalmente construir baterías para carros, utensilios de cocina de acero inoxidable, e instrumentos de uso médico.
Doce días de manifestación y varios cientos de miles de dólares de producción que los rusos de Solway no podían enviar al exterior, motivó a que Alfonso Alonzo, viceministro del Ministerio de Ambiente Recursos Naturales (MARN) tomara un helicóptero y se trasladara hasta este municipio. El 13 de mayo se reunió con la Gremial de Pescadores Artesanales en el salón municipal, y limitándoles el tiempo, escuchó parte de sus demandas e incluso se atrevió a ofrecerles “gallinas peluca”[3] como una forma de sobrevivir los días de veda.
Con los resultados de la muestra de agua que tomó Defensores de la Naturaleza, el 29 de mayo, el Ministro de Ambiente Sydney Samuels declaró en la capital que la contaminación del lago no era responsabilidad de la compañía de níquel.
Dos días antes, se había roto el diálogo entre autoridades y pescadores. A raíz de ello, el 27 de mayo de 2017 la policía reprimió a los comunitarios en El Estor en una operación policial que reunió más de 200 patrullas, 1 mil agentes de distintas comisarías del país, la llegada de las Fuerzas antidisturbios y que terminó con el saldo de un pescador asesinado, varios heridos y una directiva criminalizada, acusada de graves delitos.
Los pobladores difícilmente olvidarán las imágenes de un grupo de hombres de negro, armados con cascos, rodilleras, pecheras, coderas y armas de fuego que lanzaban balas de goma y gases lacrimógenos. Después de unos minutos dispararon balas en contra de la población desarmada. Carlos Maaz fue testigo de toda esa brutalidad y uno de los proyectiles de la policía le quitó la vida. Alfredo Maquín, otro pescador artesanal también presente en el lugar, recibió un disparo que lo dejó herido de gravedad, hoy aún sufre las consecuencias de esa herida pues los médicos no pueden retirar la bala de su cuerpo, ambos son ambos son pescadores maya Q’eqchi.
La orden superior no fue solo desalojar la ruta para que la empresa sacara el níquel y la tierra en las góndolas, también incluyó golpear, reprimir y matar. El exceso de la violencia estatal implicó a personas intoxicadas por los gases lacrimógenos lanzados por medio centenar de antimotines. Las bombas lanzadas a diestra y siniestra cayeron incluso en el interior de las viviendas, Actualmente la Fiscalía de Derechos Humanos del MP realiza una investigación.
Todo estaba preparado, es la única explicación para que el viceministro Alonzo, el ministro Samuels, el gobernador Ramírez Cayetano, el alcalde Méndez Caal y otros representantes del gobierno no se presentaran temprano ese 27 de mayo a El Estor y rompieran el diálogo con los pescadores sin previo aviso.
[1] Acta del Consejo Municipal de Desarrollo Comude 05–2017. 7 de abril de 2017. Municipalidad de El Estor Izabal.
[2] Testimonio de ex trabajador de la planta de procesamiento de CGN Pronico en El Estor Izabal.
[3] Declaraciones de Eduardo Bin Pou, vicepresidente de la Gremial de Pescadores Artesanales.
Fotografía Nelton Rivera
Fotografía Nelton Rivera.
Humo naranja saliendo de la mina — 9 de marzo de 2017 (Crédito: Jerson Xitumul)
Los análisis que ocultaron y que no resolvieron nada
Existe un informe del MARN, con fecha de enero de 2019, firmado por la licenciada Maritza Raquel Aguirre Cordón, directora ejecutiva de Amasurli-MARN, titulado “Informe ejecutivo calidad de agua del lago de Izabal, diferentes indicadores de calidad de agua y años de monitoreo.”
En los primeros resultados de dicho informe, Amasurli explicó que no existió monitoreo del año 2017. Tampoco hay argumentos que expliquen por que no existen, casualidad, es el año en que se registró la mancha roja en el lago de Izabal. Sería el informe que sirvió de base para que el ministro Samuels sostuviera que la empresa minera no fue la responsable de la contaminación del lago y que la mancha roja fue producto de un alga extraña.
Estos informes nunca fueron entregados a la GPA ni puestos en común ante el Comude de El Estor. Únicamente desde la capital se anunció que los análisis daban negativo a la contaminación por níquel. El hermetismo y la duda no convencieron a nadie en El Estor, la duda sigue presente.
Las muestras tomadas por AMASURLI y Defensores de la Naturaleza el 1 de abril cuentan con poca rigurosidad científica, pero sus resultados fueron ofrecidos para despejar la duda de la contaminación del agua del Lago de Izabal por la empresa minera.
Finalmente, la muestra que tomó Defensores de la Naturaleza no pudo confirmar el origen de la mancha roja en el lago. Heidy García, directora de esta institución, confirma la existencia de algas verdes, pero no da información del análisis del agua para determinar la presencia de minerales y metales. Pretendieron darle seriedad al informe respaldando dicha información con un análisis del laboratorio de la facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), revisado por la doctora y científica Margaret Dix, quien acompaña a Defensores de la Naturaleza.
En una entrevista realizada este año por la periodista Juliette Garside del periódico The Guardian, vía telefónica la doctora Margaret Dix respondió:
“Sólo hice la parte con las algas. No hice ninguna de las cosas químicas, que fueron hechas por otra persona. Me enviaron fotografías y las identifiqué. Personalmente creo que ese florecimiento de algas fue causado por las granjas de tilapia que se encontraban en todo el lago ese año”.
“La flor no estaba allí, justo fuera de la mina, sino más abajo en el lago. Cerca de un lugar llamado El Paraíso”.
“Las muestras de agua fueron recolectadas por Amatitlán AMSA, autoridad de manejo del lago de Amatitlán, y se hizo un análisis”.
“Me enviaron las muestras de las algas y fui yo quien las identificó”.
Los resultados de la muestra de agua en el muelle viejo de El Estor no fueron analizados por la USAC, ni por la doctora Dix, o por lo menos los resultados de esa muestra no aparecen en el informe del MARN y las dudas comienzan a surgir.
Por otro lado, los resultados analizados son de una muestra de alga y de fotografías que fueron tomadas en la Finca El Paraíso a varios kilómetros de distancia del muelle viejo en El Estor, en otro lugar. El Ministerio tuvo estos resultados desde el día 23 de mayo 2017, cuatro días antes de romper el dialogo con los pescadores.
¿Entonces qué pasó con la mancha roja en el agua?
En el segundo laboratorio, Manuel Cano afirma que la muestra de agua enviada por la directora de Amasurli el 3 de abril de 2017 corresponde a un alga, que el análisis realizado por AMSA fue taxonómico. Esto quiere decir que ese estudio se hizo para determinar el tipo de plancton o alga, no de metales o minerales. El ministerio tuvo este resultado desde el día de 7 de abril de ese año y guardó silencio.
Los resultados del Laboratorio Nacional de Salud (LNS) son los más contradictorios. Analizaron una muestra de aguas residuales y lodo, no de la mancha roja. La muestra se realizó el 25 de enero y fueron enviadas a LNS el día 2 de marzo. Un mes y medio antes del primer avistamiento de la mancha roja y dos meses antes de que la mancha se extendiera hasta el pueblo de El Estor.
Un requerimiento de información pública al MARN y una entrevista realizada al ministro Alfonso Alonzo en 2019, permitió que al equipo de Green Blood le entregara estos informes y análisis al especialista y biólogo portugués Eduardo Limbert. [1]Las dudas se fueron aclarando, parece que no se quiso analizar el agua para determinar la contaminación minera y se ocultó toda esta información.
Limbert en sus conclusiones revela dudas serias sobre la metodología, cadena de custodia de la muestra y la incoherencia de los resultados planteados públicamente por el gobierno y los ministros.
Para el biólogo portugués las muestras analizadas en estos laboratorios son muy vagas en relación con el punto de muestreo, la mancha roja pudo tener su brote en el canal de evacuación de la planta de níquel y no frente al pueblo o en la finca El Paraiso que se encuentra lejos de El Estor, llegando a río Dulce, en Livingston.
En los análisis no se especificó una referencia de método para determinar la presencia de metales como el níquel en el agua, tampoco se acreditó la cadena de custodia de la muestra hasta el laboratorio y el método de análisis usado. Los resultados de micro algas no son sólidos para afirmar que la floración de las micro algas hayan causado la mancha roja sobre el lago, afirma el especialista.
Las respuestas nunca llegaron para el pueblo Q’eqchi´, los pescadores de la Gremial y la sociedad estoreña. Dos años después Solway sigue trabajando sin mayores controles a pesar que no cumplió con los requisitos del Estudio de Impacto Ambiental EIA de dos proyectos mineros, y la empresa no debería de estar trabajando.
Mientras tanto, la decadencia en la calidad de vida de los pescadores artesanales y la población de El Estor es evidente. El agua potable escasea, la destrucción de la montaña, y bosques es evidente, el cambio climático y el aire enrarecido amenaza la salud de una población olvidada por las autoridades gubernamentales que deberán cargar con la responsabilidad de proteger y resguardar los derechos humanos de toda la población guatemalteca.
Con el equipo de Forbidden Stories se realizaron varias muestras de agua en El Estor en diciembre de 2018. Una de ellas se hizo del agua del río que nace en lo alto de la montaña sobre el Barrio Nuevo. Analizada en un laboratorio en Francia, el resultado sí registró altos niveles de presencia de contaminación por metales [2]. Este río está en riesgo, la compañía está extrayendo el mineral y puede destruir el nacimiento de agua que abastece a la comunidad de Barrio Nuevo y a miles de personas del centro del pueblo, la frontera de la cantera está en el límite de la comunidad.
Durante un mes se midió la calidad del aire con un sensor ambiental, las muestras se tomaron en la comunidad Agraria El Gosén, la reserva natural Setal, frente a la planta procesadora de Solway, en la comunidad El Paraíso, en el centro del pueblo de El Estor, en Santo Tomás de Castilla 3] en dónde la compañía acumula grandes cantidades de tierra extraída.
Los resultados son alarmantes. El aire que la gente respira todos los días registra una presencia alta de partículas contaminantes por la actividad minera. Según la Organización Mundial para la Salud OMS, una persona solamente puede permanecer expuesta a este tipo de aire por una hora, la población local tiene más de 43 mil 800 horas en cinco años respirándolo.
Sobre la contaminación del agua en el lago, Lucas Barreto Correa, biólogo brasileño especializado en contaminación del agua afirmó que “Hay inconsistencias en las declaraciones oficiales, y se necesita información gubernamental más consolidada con respecto a la contaminación presente en el lago”.
A esta misma conclusión llegan especialistas como E. Limbert y otros quienes fueron consultados por Green Blood sobre la información gubernamental: “Todos los resultados de los análisis existentes muestran una clara evidencia de los elementos característicos de las actividades mineras”.
Dos análisis refuerzan esta conclusión: el análisis del agua del lago de Izabal que enviaron pescadores y el sector turístico en 2017 al laboratorio de la Agencia de Protección Ambiental para Renania del Norte-Westfalia en Alemania y la muestra de suelo que enviaron al laboratorio de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, que registraron la presencia alta de metales en el agua cercana la planta de níquel y en el lodo del canal de la planta.
Sobre la mancha roja en el lago de 2017, dos años después mientras realizábamos una tercera visita de campo a Izabal con el equipo francés de Forbbiden Stories, la periodista Juliette Garside de The Guardian y Jacobo García de El País, presenciamos cómo el río Trincheras en Los Amates se tiñó de rojo por un derrame ocasionado por Solway propietaria de este segundo proyecto de níquel.
El 8 de mayo de 2019 junto a las autoridades comunitarias de Los Amates se tomaron muestras de agua, estas se están analizando en un laboratorio fuera del país, los resultados aún no llegan, pero esta historia continuará.
[1] Biólogo portugués, especializado en contaminación, Eduardo Limbert (estudió la contaminación del agua y tiene un doctorado de la Universidad de York, en el Reino Unido, en biorremediación de aguas subterráneas: https://pt.linkedin.com/in/eduardo- limbert-72b4381 y https://www.facebook.com/eduardo.limbert).
[2] Esta es la interpretación del biólogo portugués, especializado en contaminación, Eduardo Limbert.
[3] Mediciones realizadas en El Estor Izabal por el equipo de Forbidden Stories y Prensa Comunitaria en 2018 y 2019.
Publicado originalmente en Prensa Comunitaria