En Guatemala, los estragos del “metal del diablo”
En Guatemala, las escasas voces que tratan de denunciar los estragos de F una gigantesca mina de níquel sobre las tierras ancestrales de las comunidades indígenas son silenciadas, como la del periodista Carlos Choc. De los daños causados al lago más extenso del país hasta el ocultamiento de evidencias, Forbidden Stories y sus socios revelan los secretos que el gigante minero Solway ocultó.
La mancha roja en el lago que nadie quiso explicar
En el Caribe guatemalteco se encuentra la empresa de explotación de minerales más vieja del país. La extracción de níquel comenzó a finales de los años 50 del siglo pasado, casualmente con la llegada de la contrarrevolución Estadounidense en contra del gobierno del coronel Jacobo Árbenz Guzmán en 1954, que buscaba nacionalizar las tierras y devolverlas a sus dueños originarios. En El Estor, Izabal, estas tierras estaban en manos de norteamericanos, luego fueron entregadas a terratenientes locales y luego a canadienses y así la actividad minera fue ocupando territorio.